Sondas Vaginales

Sondas Vaginales

Sonda Vaginal Perisize 4

33,50  Iva incluido

Sondas Vaginales

Sonda Vaginal Periform +

28,95  Iva incluido

Sondas Vaginales

Sonda Vaginal Interlax Plus

25,50  Iva incluido
23,95  Iva incluido

¿Qué son las sondas vaginales y para qué sirven?

Las sondas vaginales son dispositivos médicos utilizados en fisioterapia del suelo pélvico para evaluar, activar y reeducar la musculatura vaginal. Su uso es habitual en tratamientos de incontinencia urinaria, debilidad del suelo pélvico, recuperación postparto, prolapsos leves y disfunciones sexuales, así como en procesos de rehabilitación tras cirugías ginecológicas. Estas sondas permiten trabajar de forma precisa con equipos de electroestimulación o biofeedback, facilitando la correcta contracción muscular y mejorando la conciencia corporal. Al actuar directamente sobre la musculatura implicada, las sondas vaginales ayudan a acelerar la recuperación y a optimizar los resultados terapéuticos tanto en clínica como en tratamientos domiciliarios supervisados.

¿Qué tipos de sondas vaginales se utilizan?

Existen distintos tipos de sondas vaginales diseñadas para adaptarse a la anatomía y a las necesidades de cada paciente. Algunas están orientadas a una evaluación más precisa del tono muscular, mientras que otras se centran en la estimulación terapéutica continuada. Modelos como la sonda vaginal Perisize 4 permiten una valoración progresiva del tamaño y la fuerza muscular, siendo muy utilizadas en consultas especializadas. Otras opciones, como la sonda vaginal Periform + o la sonda vaginal Interlax Plus, están diseñadas para combinar comodidad y eficacia durante sesiones de electroestimulación o ejercicios guiados. En tratamientos más específicos, la sonda vaginal Saint Cloud Plus se utiliza por su diseño anatómico y su buena conductividad, facilitando un trabajo terapéutico más preciso. La elección de la sonda adecuada debe realizarse siempre siguiendo la indicación de un profesional sanitario.

¿Cómo se utiliza una sonda vaginal?

La utilización de una sonda vaginal debe realizarse en un entorno higiénico y siguiendo las indicaciones del fisioterapeuta o profesional de la salud. Normalmente se emplea junto a un gel lubricante de base acuosa para facilitar la inserción y mejorar el confort. Una vez colocada, la sonda se conecta al equipo correspondiente para iniciar el programa de electroestimulación o biofeedback, ajustando la intensidad de forma progresiva y segura. Durante el tratamiento, la paciente aprende a identificar y activar correctamente la musculatura del suelo pélvico, lo que permite mejorar el control y la fuerza muscular con el tiempo. Es fundamental respetar las pautas de uso, limpieza y mantenimiento para garantizar la seguridad y la eficacia del tratamiento con sondas vaginales.