Ultrasonidos

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¿Para qué sirve un ultrasonido en fisioterapia?

La aplicación de ultrasonidos en fisioterapia es una de las técnicas más utilizadas para acelerar la recuperación de tejidos blandos, reducir el dolor y favorecer la reparación de estructuras musculares y tendinosas. Una máquina de ultrasonidos genera vibraciones mecánicas de alta frecuencia que penetran en el tejido y producen un efecto térmico o mecánico según el modo de trabajo. Esto permite disminuir la inflamación, mejorar la circulación local y estimular procesos biológicos implicados en la regeneración. Por este motivo, los fisioterapeutas recurren al ultrasonido en lesiones como tendinopatías, contracturas profundas, cicatrices fibrosas o sobrecargas musculares. Equipos profesionales como el Medisound 3000 permiten trabajar con precisión y ajustar la energía según la profundidad o el estado del tejido.

¿Cómo funciona un aparato de ultrasonidos para fisioterapia?

Un aparato de ultrasonidos funciona mediante la emisión de ondas acústicas que viajan a través de un medio conductor, generalmente un gel específico que garantiza un contacto adecuado entre el cabezal y la piel. Estas ondas generan microvibraciones que actúan en capas profundas, mejorando la movilidad del tejido y aportando un efecto calmante. Para que la energía se transmita correctamente, se utiliza un gel adecuado como el gel conductor Cikos, esencial para mantener una conducción estable y evitar pérdidas de intensidad. La capacidad de la máquina de ultrasonidos para fisioterapia de trabajar en profundidad la convierte en una herramienta versátil tanto en lesiones recientes como en procesos crónicos, ya que permite modular el tipo de efecto según la fase de recuperación. Su uso continuado, dentro de un plan terapéutico bien estructurado, ayuda al fisioterapeuta a acelerar la evolución del paciente y mejorar la calidad del tejido tratado.